Hepatitis C – síntomas y contagio


Según la medicina convencional, la hepatitis C es una infección provocada por un virus que ataca al hígado y provoca inflamación.

Etapas de la infección
La hepatitis C aguda es la enfermedad de los primeros seis meses.
Los síntomas de la enfermedad pueden variar desde una molestia leve, que dura unas pocas semanas, a una enfermedad grave y permanente que puede ocasionar:

De acuerdo con la teoría del higienismo de Shelton y Lezaeta, los microbios no son el origen de las enfermedades. El problema es la mala alimentación, la putrefacción de los alimentos en el intestino y los problemas para eliminar las toxinas que ocasionan intoxicación intestinal.

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Aproximadamente una de cada cuatro personas consigue superar la infección y deshacerse del virus (la prueba es negativa) sin medicamentos.
Los jóvenes y las mujeres tienen más probabilidades de curarse.
En las restantes tres de cada cuatro personas, el virus permanece en el cuerpo durante muchos años, convirtiéndose en hepatitis C crónica.

En función de otros factores de riesgo, como el consumo de alcohol, entre el 10% y el 40% de las personas con hepatitis C crónica no tratada desarrolla cirrosis, generalmente hasta veinte años después del diagnóstico de la hepatitis C.
Alrededor de una de cada cinco personas con cirrosis tendrá insuficiencia hepática, mientras que una de cada veinte padecerá cáncer de hígado.

Todavía no existe una vacuna contra la hepatitis C, a diferencia de la hepatitis B.

Los principales genotipos de la hepatitis C (también conocidos como “subtipos”) se conocen simplemente como:

  • Genotipo 1
  • Genotipo 2
  • Genotipo 3
  • Genotipo 4
  • Genotipo 5
  • Genotipo 6

Entre los diferentes genotipos de la hepatitis C, el más frecuente es el genotipo 1, que padecen entre el 70 y el 90% de los pacientes con hepatitis C en Estados Unidos.

 

¿Quiénes tienen más riesgo? Contagio de la hepatitis C

  • Las personas que han tomado fármacos por vía intravenosa.
  • Las personas que han efectuado una transfusión de sangre o un trasplante de órganos antes de 1990.
  • Antiguamente, también se podía contraer en el dentista; en la actualidad, con una esterilización regular después de cada paciente no tiene por qué ocurrir.
  • Las personas que han estado en la cárcel.

 

Factores de riesgo moderado para la hepatitis C

  • Tener tatuajes o piercings
  • Mantener relaciones sexuales con varias parejas
  • Contraer una infección de transmisión sexual, como el VIH, la hepatitis B o el linfogranuloma venéreo
  • Mantener relaciones sexuales violentas o con juguetes sexuales que pueden dañar los tejidos corporales
  • Mantener relaciones sexuales vaginales durante el ciclo menstrual
  • Comenzar un tratamiento de hemodiálisis
  • Sufrir una lesión accidental con una aguja o jeringa
  • Una lesión de la piel en el peluquero al cortar la barba
  • Existe un pequeño riesgo de contraer el virus al compartir cepillos de dientes, maquinillas de afeitar y otros objetos contaminados con sangre infectada
  • Bebés con madre infectada por el virus de la hepatitis C
  • Tener una pareja sexual infectada por hepatitis C
  • Durante el embarazo, la transmisión de madre a hijo se produce de forma muy ocasional, en menos del 5% de los casos. Se debe esperar al menos 18 meses antes de realizar un análisis de sangre al bebé

El virus puede sobrevivir fuera del cuerpo durante un máximo de cuatro días.

La hepatitis C no se transmite de una persona a otra en los siguientes casos:

  • Al toser o estornudar
  • Al tocar o estrechar la mano de una persona infectada
  • Al compartir alimentos, bebidas o comer con los mismos cubiertos
  • Al utilizar los asientos del baño
  • Con la saliva, por ejemplo con beso profundo o un abrazo
  • Al beber del mismo vaso
  • Con la lactancia materna, a no ser que los pezones estén agrietados o sangren
  • Al practicar sexo oral, a menos que haya sangre

 

Síntomas de la hepatitis C en función de la etapa de la enfermedad

Fase aguda
La fase aguda dura algunos meses. En las fases iniciales, la mayoría de las personas no presentan síntomas (asintomáticos) o bien son leves.
Los síntomas aparecen después de un período de incubación, que varía de 1 a 5 meses tras la exposición al virus, y que incluyen:

  • Sensación de mareo
  • Vómito y náusea
  • Cansancio
  • Pérdida de apetito
  • Algunas personas desarrollan ictericia (color amarillento) a causa de la bilirrubina alta que se produce en el hígado

Es raro tener síntomas graves.

Fase crónica
La fase crónica de la hepatitis C se produce cuando la infección dura más de seis meses.
El curso crónico de la infección varía mucho de unas personas a otras y es impredecible.

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Síntomas y consecuencias de la infección crónica
Algunas personas no presentan síntomas o son leves. En todo caso, sigue siendo posible transmitir el virus de la hepatitis C a otras personas.
Algunas personas presentan algunos síntomas debido a la inflamación persistente del hígado.

Los síntomas más comunes de la hepatitis C crónica son:

  1. Cansancio extremo
  2. Falta de concentración y pérdida de memoria
  3. Dolores musculares y articulares
  4. Malestar general
  5. Pérdida de apetito
  6. Intolerancia al alcohol,
  7. Dolor en la cadera derecha,
  8. Ictericia (piel y ojos amarillos)

En realidad, no existe una relación entre la gravedad de los síntomas y el grado de daño hepático, lo que significa que algunas personas pueden tener inflamación hepática sin tener ningún síntoma.
Alrededor de un tercio de las personas con infección crónica por hepatitis C desarrollan cirrosis en un período de unos 20-30 años.
La cirrosis es similar a una fibrosis del hígado que puede provocar problemas graves e “insuficiencia hepática” si es grave. Algunas personas con hepatitis C crónica no presentan síntomas durante muchos años hasta que se desarrolla la cirrosis.
Algunas personas con cirrosis pueden desarrollar cáncer de hígado.

 

Diagnóstico, ¿qué pruebas se requieren?

Generalmente, solo se deben realizar dos análisis de sangre para determinar si se sufre de infección por hepatitis C crónica.
La primera prueba que el médico realiza se denomina test de anticuerpos anti-VHC para descubrir si el cuerpo ha desarrollado anticuerpos contra el virus.
Un resultado positivo significa que la sangre ha sido expuesta al virus de la hepatitis C y se han desarrollado anticuerpos para combatirlo.
El test es positivo no implica automáticamente que la persona padece infección crónica por hepatitis C, aunque podría ser portador sano.

Si la prueba para anticuerpos de la hepatitis C es positiva, el médico realiza un segundo test cuantitativo para comprobar si el virus de la hepatitis C todavía está presente en el cuerpo. Por otra parte, el primer resultado podría ser un falso positivo.
A veces, la prueba se encuentra en el límite (área gris), es decir que los valores están justo por encima de lo normal, lo que puede ocurrir si el paciente ha producido anticuerpos para combatir otros tipos de infección. El examen más importante es el test para la prueba de carga viral (o pruebas moleculares de las partículas virales ARN-VHC).
Si esta prueba es positiva, el paciente sufre hepatitis C crónica y no se requiere una biopsia hepática para averiguar si está infectado.

 

¿Cómo interpretar los resultados de la pruebas de anticuerpos contra la hepatitis C?

  1. Una prueba de anticuerpo no reactiva o negativa indica que el paciente no está infectado actualmente por el virus de la hepatitis C.
  2. Una prueba de anticuerpos positiva o reactiva indica que una persona ha contraído el virus de la hepatitis C en el pasado.
    La mayoría de las personas que han tenido el virus siguen estando infectadas y desarrollan hepatitis C crónica.
    Cuando una persona ha sido infectada, mantiene los anticuerpos contra la hepatitis C en la sangre para toda la vida.

Los niveles de transaminasas en la sangre (enzimas GOT y GTP) no son suficientes para saber si el hígado está inflamado y si el paciente tiene hepatitis C.

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Este artículo contiene información general que no se sustituye al examen médico, no se puede utilizar para diagnosticar o establecer un tratamiento. Hable con su médico antes de seguir las instrucciones contenidas en el sitio.

Me llamo Massimo Defilippo, soy un Fisioterapeuta de Rubiera (pueblo entre Reggio Emilia y Módena en Emilia-Romaña) y llevo practicando terapia física y osteopatía desde 2008. Me he graduado en la universidad “Magna Grecia” de Catanzaro (Calabria) aprobando con 110/110. Biografía completa Dr. Massimo Defilippo