La necrosis avascular (NAV), también denominada osteonecrosis, necrosis aséptica o necrosis ósea isquémica, es una enfermedad que se produce debido a la pérdida de flujo sanguíneo en los huesos.
La cabeza del fémur es la parte superior del hueso que se encuentra en la pelvis y forma la articulación de la cadera.
La cabeza femoral, así como los demás huesos, es un tejido vivo, y por lo tanto necesita sangre para obtener las sustancias nutrientes y eliminar los productos de desecho.
Una interrupción del flujo sanguíneo provoca la muerte de las células óseas.
Si no se detiene, este proceso provoca el colapso de la cabeza femoral.
La necrosis avascular suele producirse en el muslo, especialmente en la cadera. Otras partes del cuerpo que se ven afectadas por la necrosis son el brazo, rodilla, hombro, pierna, mandíbula inferior y superior.
¿Quién sufre de necrosis avascular?
Cada año, más de 20.000 personas sufren de necrosis avascular. La mayoría tienen entre 20 y 50 años. Las personas sanas tienen un bajo riesgo de desarrollar necrosis avascular.
Causas de la necrosis de la cabeza del fémur
La mayoría de los casos son el resultado de un problema de salud subyacente o de un accidente.
La necrosis puede tener origen en:
- Exceso de corticoides. El uso prolongado de medicamentos con cortisona (por vía oral o intravenosa) para combatir una inflamación provoca el 35% de los casos de necrosis avascular no traumática. Aunque todavía no se conocen las razones de este vínculo, los médicos creen que estos fármacos pueden afectar a la capacidad del cuerpo para eliminar las grasas. Estas sustancias se acumulan en los vasos sanguíneos, por lo que estos se vuelven cada vez más estrechos, reduciendo la cantidad de sangre en el hueso.
- Exceso de alcohol. Al igual que la cortisona, el consumo excesivo de alcohol puede provocar la acumulación de sustancias grasas en los vasos sanguíneos y la disminución del suministro de sangre a los huesos.
- Coágulos de sangre, inflamación y daños en las arterias.
- Luxación o fractura del fémur (el hueso del muslo). Este tipo de lesión puede afectar al suministro de sangre al hueso, provocando una necrosis avascular debida a un trauma. La necrosis avascular afecta al 20% de las personas con una luxación de cadera.
Todos estos trastornos pueden bloquear el flujo de sangre a los huesos.
Otras enfermedades relacionadas con la necrosis avascular no traumática son:
- Enfermedad de Gaucher, un trastorno metabólico hereditario que consiste en la acumulación excesiva de una sustancia grasa en los órganos.
- Anemia de células falciformes
- Pancreatitis, es decir, la inflamación del páncreas
- Infección por VIH
- Quimioterapia o radioterapia
- Enfermedades autoinmunes
- La enfermedad por descompresión es un trastorno debido a la reducción repentina de la presión circundante, que provoca la formación de burbujas de gas en la sangre.
Algunos procedimientos médicos aumentan el riesgo de necrosis avascular, como, por ejemplo:
- Tratamientos contra el cáncer, tales como la radioterapia,
- Diálisis, un procedimiento para limpiar la sangre tras una insuficiencia renal,
- Trasplante de riñón u otros órganos.
Síntomas de la necrosis de la cabeza del fémur
Por lo general, en las primeras etapas, la necrosis de la cabeza femoral no provoca síntomas.
Sin embargo, a medida que la enfermedad avanza, aparece el dolor.
Al principio, se experimenta dolor al ejercer presión sobre la cadera, por ejemplo, al estar de pie o caminar.
Luego, el dolor puede llegar a ser constante. Si la enfermedad progresa, el hueso y la articulación circundante se colapsan y el dolor puede ser tan intenso que interfiere en la capacidad de utilizar la cadera.
El tiempo que transcurre entre la aparición de los primeros síntomas y el colapso del hueso puede variar desde algunos meses hasta más de un año.
Diagnóstico de la necrosis de la cabeza femoral
En muchos casos, esta enfermedad se puede diagnosticar mediante una radiografía.
Sin embargo, los rayos X no siempre muestran la necrosis avascular.
Los primeros signos de necrosis avascular se pueden diagnosticar mediante una resonancia magnética (IRM) o una gammagrafía ósea.
Otras formas de diagnosticar la necrosis son la tomografía computarizada (TAC) y la biopsia (tomar un analizar una pequeña muestra del hueso).
Complicaciones de la necrosis de la cabeza femoral
Si se deja sin tratar, la necrosis avascular empeora con el tiempo.
Al final, el hueso afectado puede colapsar debido a su debilidad.
Cuando un hueso pierde su superficie lisa, puede provocar una artritis grave.
Tratamiento y fármacos para la necrosis de la cabeza femoral
El objetivo del tratamiento de la necrosis avascular es prevenir la pérdida ósea.
El tipo de tratamiento depende del daño ya presente en los huesos.
Medicamentos
En algunas personas, los síntomas de necrosis avascular pueden reducirse mediante algunos medicamentos, tales como:
- Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Fármacos tales como ibuprofeno (Advil, Neobrufen, etc.) o naproxeno (Naprosyn) contribuyen a aliviar el dolor y la inflamación debida a la necrosis de cadera.
- Medicamentos para la osteoporosis. Algunos estudios muestran que los fármacos para la osteoporosis tales como alendronato (Fosamax) pueden retrasar la progresión de la necrosis de la cabeza femoral.
- Fármacos para el colesterol. La reducción de la cantidad de grasa (lípidos) en la sangre ayuda a prevenir la obstrucción de las venas, que a menudo es responsable de la necrosis avascular de la cabeza femoral.
- Si se sufre un trastorno de coagulación, los anticoagulantes tales como la warfarina (Aldocumar, Tedicumar) pueden prevenir la formación de coágulos en los vasos que irrigan los huesos.
En las etapas iniciales de la necrosis de cadera, el médico puede recomendar:
Reposo. Reducir el peso y la tensión sobre el hueso afectado puede retrasar el daño de la necrosis avascular.
Se recomienda limitar la cantidad e intensidad de la actividad física.
En caso de necrosis avascular de cadera o de rodilla, puede que se requiera el uso de muletas durante algunos meses, con el fin de no ejercer presión sobre la articulación.
Ejercicios. Algunos ejercicios pueden ayudar a mantener o mejorar la amplitud de movimiento de la cadera.
Un fisioterapeuta puede seleccionar algunos ejercicios específicos y enseñarlos al paciente para que los realice regularmente.
Fisioterapia. Algunas terapias instrumentales tales como la magnetoterapia, pueden estimular el cuerpo para producir nuevo tejido óseo, con el fin de reemplazar la zona deteriorada por la necrosis avascular.
La estimulación eléctrica puede realizarse mediante electrodos conectados a la piel.
Intervención quirúrgica y otros procedimientos para la necrosis de la cabeza femoral
Muchas personas empiezan a experimentar los primeros síntomas cuando la enfermedad está en etapa avanzada. Por esto, es importante tener en cuenta la posibilidad de realizar una intervención quirúrgica.
Descompresión del núcleo
Para realizar esta intervención quirúrgica, el cirujano perfora el hueso y elimina la parte de la capa interna afectada por necrosis.
Además de reducir el dolor, el espacio vacío dentro del hueso estimula la producción de tejido óseo sano y la formación de nuevos vasos sanguíneos.
Trasplante óseo (injerto)
Este procedimiento contribuye a reforzar la zona del hueso afectada por necrosis avascular.
El injerto óseo es una parte de hueso sano tomado de otra parte del cuerpo.
Remodelación ósea (osteotomía)
En este procedimiento se remueve una porción de hueso por encima y por debajo de una articulación que soporta la carga para ayudar a distribuir el peso del hueso dañado.
La remodelación ósea permite posponer el reemplazo de la articulación.
Prótesis articular
Si el hueso afectado se ha colapsado y las demás opciones de tratamiento no han reducido los síntomas, se puede realizar una intervención quirúrgica para reemplazar las zonas lesionadas de la cadera con una prótesis de plástico o metal.
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