Tendinitis aquilea o tendón de Aquiles inflamado


La tendinitis del tendón de Aquiles es la inflamación del tendón grueso situado en la parte posterior del tobillo debido a un trauma repentino o una sobrecarga.
La tendinopatía del tendón de Aquiles se caracteriza por micro-lesiones, degeneración y, a veces, hinchazón local del tendón, lo que provoca dolor en la zona posterior del tobillo.

La incidencia de este tipo de lesión aumenta con la edad, debido a que los tendones pierden su flexibilidad. Se produce con frecuencia en los aficionados, ya que practican deportes de vez en cuando.

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Prueba para el diagnóstico de la tendinitis de Aquiles – © Massimo Defilippo

Su aparición puede ser traumática o lenta y los síntomas pueden aumentar de forma gradual. La tendinitis puede tener origen en un traumatismo en el tendón.

Los movimientos que pueden conducir a la tendinitis del tendón de Aquiles son correr, cambiar de dirección, tirar, hacer regates y rotaciones.
La tendinitis Aquiles puede ser aguda o crónica.
Suele afectar a los atletas y adultos con algún problema de tobillo, mientras que es muy poco frecuente en los niños.
En la mayoría de los casos solo un tobillo se ve afectado, en raras ocasiones es bilateral.
Cuando la tendinitis se produce en la zona de unión del tendón con el hueso, se define entesitis o tendinitis de inserción.

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Avance de la tendinitis de Aquiles en tendinosis y ruptura del tendón – © fotolia.com

Muchos médicos creen que el dolor tiene origen en una inflamación aguda, mientras que en realidad el problema principal es la tendinosis.

Esta condición es el resultado de muchos micro-desgarros del tendón que se han producido durante los años.
La inflamación puede desarrollarse gradualmente y puede caracterizarse por un desequilibrio entre la formación y reparación de las micro-lesiones del tejido.
En este caso el tejido sufre muchos cambios físicos, tales como la degeneración mucoide y la formación de calcificaciones.
Estos cambios se deben a un excesivo estiramiento del tendón.
La tendinitis de Aquiles difiere de la tendinosis en que la tendinosis no se caracteriza por una inflamación aguda.

 

Anatomía del tendón de Aquiles

El tendón de Aquiles es el tejido fibroso que une el talón con los músculos posteriores de la pierna: el gastrocnemio y el sóleo.
El tendón se origina en la parte central de la superficie posterior del calcáneo y se inserta en los dos músculos gastrocnemio.
Es el más grande y más fuerte tendón en el cuerpo.
El tendón de Aquiles se encuentra en una vaina que lo protege y nutre.

 

Causas de la tendinitis del tendón de Aquiles

Entre las causas más comunes de la tendinitis se encuentran: sobrecarga debida a trabajo, deporte, aficiones o movimiento brusco.
La tendinitis suele afectar a las personas que realizan un trabajo o deporte que requiere movimientos repetitivos o personas que saltan o corren cuesta arriba o abajo.
Llevar zapatos planos y sin tacón y suelas muy rígidas es un factor de riesgo.

Los factores de riesgo son:

  • Edad (los adultos y las personas mayores tienen tendones menos elásticos);
  • Artritis reumatoide y lupus;
  • Diabetes;
  • Gota (provoca la acumulación de cristales de ácido úrico en la vaina del tendón);
  • Incorrecta ejecución del gesto deportivo;
  • Deformidad (varo o valgo de rodilla, dismetría de las extremidades inferiores).
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Prueba de los reflejos del tendón de Aquiles – © Massimo Defilippo

 

Signos y síntomas de la tendinitis de Aquiles

La tendinitis provoca dolor e inflamación del tendón afectado.
Los síntomas se agravan al poner en tensión el tendón, es decir cuando se mueve la extremidad o articulación afectada.
El fastidio también puede producirse en reposo y a veces puede ser debilitante.
Los músculos que se insertan en el tendón se vuelven débiles.
En caso de tendinitis grave, se produce limitación de movimiento y empeoramiento del dolor a la palpación.

 

Diagnóstico de la tendinitis del tendón de Aquiles

El médico examina el historial clínico del paciente para individuar la presencia de factores de riesgo, tales como actividad deportiva o laboral que requieren movimientos repetitivos.
Se debe comunicar al médico si el dolor tiene origen traumático, cuáles son los síntomas y su duración y el tipo de dolor.

Examen físico
En primer lugar, el médico observa la zona afectada y analiza el tendón para ver si está engrosado. En algunos casos, se forma un “nódulo” de 1 a 2 centímetros.
A continuación, presiona sobre la zona afectada para localizar los síntomas.
La prueba para la tendinitis de Aquiles es la siguiente: con el tobillo en posición de flexión dorsal, el paciente empuja con la punta del pie contra el examinador, colocando el pie en flexión plantar.
La prueba es positiva cuando se experimenta dolor en el tendón de Aquiles.
El médico debe buscar signos de rigidez, ya que los síntomas pueden deberse a una limitación articular.
Al fin de descartar el atrapamiento del nervio, el médico también debe valorar los reflejos tendinosos.

Diagnóstico diferencial
El médico debe descartar:

Exámenes instrumentales
Por lo general, no se requieren exámenes instrumentales para el diagnóstico de la tendinitis si el origen es una sobrecarga.
El médico puede recomendar una radiografía para descartar otras enfermedades tales como la artritis o la presencia de fracturas, aunque la radiografía no muestra los tendones ni los músculos.
La ecografía musculoesquelética puede ser de utilidad para mostrar la tendinitis, y en este caso muestra un tendón engrosado y lesionado (lesión parcial).
Además, este dispositivo puede mostrar imágenes en tiempo real del tendón durante el movimiento.

Aunque se realiza en raras ocasiones, la resonancia magnética es la prueba más adecuada, ya que muestra la hinchazón del tendón y otros problemas tales como la artritis, calcificación, tumores, etc.

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Este artículo contiene información general que no se sustituye al examen médico, no se puede utilizar para diagnosticar o establecer un tratamiento. Hable con su médico antes de seguir las instrucciones contenidas en el sitio.

Me llamo Massimo Defilippo, soy un Fisioterapeuta de Rubiera (pueblo entre Reggio Emilia y Módena en Emilia-Romaña) y llevo practicando terapia física y osteopatía desde 2008. Me he graduado en la universidad “Magna Grecia” de Catanzaro (Calabria) aprobando con 110/110. Biografía completa Dr. Massimo Defilippo

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