La cirugía para la fractura de húmero puede realizarse varias maneras, dependiendo de la gravedad de la fractura.
Técnicas menos invasivas para el tratamiento quirúrgico de la fractura de húmero
La reducción cerrada de la fractura y la osteosíntesis percutánea reducen la lesión de los tejidos blandos y disminuyen el riesgo de necrosis avascular en el húmero.
Sin embargo, estudios muestran que la técnica percutánea proporciona un menor grado de estabilidad respecto al método quirúrgico convencional, que se realiza colocando una placa y clavos intramedulares, pero permite mantener la circulación sanguínea.
Cirugía para la fractura de húmero con clavos intramedulares
Los clavos intramedulares que se colocan en caso de fracturas proximales provocan una lesión que se limita a los tejidos y proporcionan una mayor estabilidad.
Este tipo de intervención quirúrgica se realiza accediendo lateralmente a través del músculo deltoides realizando una incisión longitudinal en el tendón supraespinoso.
Este método se considera menos invasivo con respecto al que prevé un acceso a través del pectoral-deltoides anterior, aunque las desventajas del acceso a través del tendón supraespinoso no se han identificado.
La osteosíntesis estable es recomendable porque permite comenzar la terapia funcional de manera temprana después de la cirugía y esto evita la limitación de los movimientos del hombro.
Además, reduce el riesgo de que se desprendan fragmentos del hueso.
Investigaciones biomédicas han demostrado que los clavos intramedulares que se colocan en el húmero son más eficaces con respecto a la placa, gracias a las siguientes características:
- Rigidez del implante
- Resistencia a ser deformado
- Probabilidades de éxito de la cirugía
Además, se han desarrollado clavos anterógrados que proporcionan una mayor estabilidad en el hueso osteoporótico y permiten la movilización temprana de la extremidad.
Cirugía para la fractura de húmero con placas de estabilidad angular
Este método de reducción abierta de la fractura permite una reducción más precisa y proporciona una buena estabilidad colocando una placa de osteosíntesis, pero conlleva un mayor riesgo de necrosis de la cabeza del húmero, con respecto las demás técnicas quirúrgicas.
Además, algunos estudios muestran que puede haber complicaciones como por ejemplo los clavos pueden salirse de su lugar o, si las placas son voluminosas, puede producirse un pinzamiento de la articulación subacromial.
Con el método convencional, los resultados funcionales para la fractura proximal del húmero son diferentes.
El objetivo de la fijación de la fractura proximal de húmero consiste en lograr una reducción anatómica, proporcionar estabilidad mecánica y recuperar la amplitud del movimiento sin provocar daños en los vasos sanguíneos de la cabeza del húmero
Las placas de estabilidad angular han sido desarrolladas para ser una posible solución a este problema.
De la misma manera de las demás placas de fijación, la estabilidad de la estructura con placas de estabilidad angular se logra gracias a la unión entre la placa y e clavo. Esto evita que sea necesario despegar una gran porción del periostio y, por lo tanto, reduce los daños en el flujo sanguíneo vascular.
Se introducen unos clavos dentro de los orificios de una placa, creando así una estructura de estabilidad angular.
El bloqueo mecánico se produce al unir la placa externa con el hueso por medio de unos clavos. Los clavos son fundamentales para la fijación ya que permiten unir la placa al hueso.
Esta estructura de fijación proporciona una estabilidad mecánica que favorece la recuperación de la fractura, además, esta técnica es una solución indicada en caso de hueso osteoporótico.
Hemiartroplastia para la fractura de húmero
Esta cirugía se realiza introduciendo una prótesis únicamente en el húmero, mientras que la cavidad glenoidea del omoplato (la otra parte de la articulación), permanece inalterada.
La hemiartroplastia primaria está indicada en los siguientes casos:
- Fracturas con desplazamiento con cuatro fragmentos
- Fracturas con luxación que presentan alteraciones en la circulación en la cabeza del húmero
- Fracturas de la cabeza del húmero que afectan a más del 40% de la superficie de la articulación
Resumen
Clasificar la fractura proximal del húmero y analizar detalladamente la anatomía ósea y vascular es indispensable para la elección del tratamiento más adecuado y para el éxito de la intervención quirúrgica.
En caso de que sea necesaria la reducción y la fijación de la fractura, una maniobra de reducción demasiado fuerte puede afectar a la perfusión en el cabeza del húmero. Por consiguiente, puede producirse una necrosis, sin importar el tipo de implante.
Los implantes modernos como los que utilizan clavos intramedulares para las fracturas proximales del húmero y las placas de estabilidad angular con forma anatómica, también le proporcionan estabilidad al hueso osteoporótico y permiten mantener el flujo sanguíneo en la cabeza del húmero.
Estos implantes también permiten la realización de ejercicios funcionales y se han obtenido buenos resultados en la mayor parte de los pacientes, mostrando una tasa moderada de complicaciones.
Una alternativa a la cirugía, en caso de pacientes ancianos con morbilidad grave y para los que la cirugía conlleva un alto riesgo, es un tratamiento no quirúrgico para las fracturas con desplazamiento.
Los pacientes ancianos con fracturas con desplazamiento en cuatro fragmentos, fractura con luxación y lesiones de la cabeza del húmero deben considerar la opción de someterse a una hemiartroplastia ya que esta reduce considerablemente el dolor, a pesar de que limita la funcionalidad.
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