Dolor vaginal durante las relaciones sexuales

El dolor en la vagina, en la entrada de la vagina o en la parte inferior de la vulva, durante o después de una relación sexual, se conoce como dispareunia.

 

Dispareunia superficial

Generalmente, el dolor empieza con la penetración o poco después de una relación sexual.

Suele manifestarse de inmediato y se alivia al interrumpirse la penetración, si bien el dolor puede persistir durante algunos días al tacto.
Las causas más comunes de la dispareunia superficial son problemas localizados de la piel vaginal y perineal (el perineo es la piel situada entre la abertura vaginal y el ano) e infecciones vaginales.

 

Dispareunia profunda

Éste es el término empleado para referirse al dolor de ovarios durante o después de una relación sexual. El dolor puede extenderse hasta la parte inferior de los muslos.
Puede tratarse de un dolor agudo o sordo, desaparecer cuando se interrumpe la penetración o persistir durante algunos minutos u horas.

 

Causas del dolor vaginal superficial externo durante las relaciones sexuales

Puente de piel
Se trata de la formación de un pequeño puente de tejido cicatricial en la parte posterior de la entrada vaginal.
Es habitual después del parto, sobre todo si se ha efectuado una incisión entre la vagina y el ano (episiotomía).
El tejido cicatricial está formado por terminaciones nerviosas muy sensibles, por lo que provoca dolor durante la penetración.
El dolor tiende a empeorar si no se detienen las relaciones sexuales, ya que el puente de piel produce fricción debido al roce de la penetración.
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Himen intacto
El himen es una membrana que cubre la apertura vaginal y que suele romperse durante la primera relación sexual.
En muchas mujeres jóvenes, el uso de tampones puede desgarrar el himen y el orificio se va alargando a medida que crecen las jóvenes.
Sin embargo, el himen también puede ser bastante grueso, por lo que la mujer experimenta dolor durante la primera relación sexual debido a la lesión del himen.
El dolor es superficial, se percibe en la entrada de la vagina en cuanto empieza la penetración y puede bloquearse.
Generalmente, el problema se resuelve tras las primeras relaciones sexuales.

Vaginismo
El vaginismo es una fuerte contracción, a menudo dolorosa, de los músculos alrededor de la entrada de la vagina (músculo pubocoxígeo), que hace que la penetración sea dolorosa o imposible.
También puede impedir el uso de tampones y cualquier tipo de consulta ginecológica.
Los espasmos del vaginismo son completamente involuntarios y no dependen del control de la mujer.
Se pueden presentar si ningún motivo concreto, pero también pueden ser el resultado de una relación sexual dolorosa, por lo que se convierten en una especie de reflejo de protección.
El vaginismo puede desalentar a la mujer y a su pareja sexual hasta el punto de impedir por completo las relaciones sexuales. Cuando se presenta el vaginismo, el miedo y la angustia de no conseguir tener relaciones sexuales satisfactoria empeora la situación.
Es importante buscar ayuda para romper el círculo vicioso de angustia y dolor.

Bartolinitis
Las glándulas de Bartolino son dos glándulas situadas en los tejidos de la pared vaginal, a ambos lados.
Pueden inflamarse y dar lugar a la bartolinitis, que a su vez provoca dolor durante las relaciones sexuales.
En algunas ocasiones, las glándulas se inflaman durante el acto sexual. Al principio es indoloro, pero se vuelve doloroso en los actos sucesivos.
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Vestibulitis vulvar
Se trata de una afección complicada en la que la zona vulvar se vuelve dolorosa y extremadamente sensible a la presión o palpación.
La vestibulitis se caracteriza por dolores fuertes en el momento de la penetración y puede causar molestias también durante las actividades cotidianas.
Puede conducir a un sentimiento de frustración y depresión, ya que los síntomas pueden perdurar mucho tiempo.
Aunque se desconocen las causas exactas, podría tener su origen en infecciones de la zona sensible denominada “vestíbulo vulvar”, provocadas por virus, bacterias o por hongos (cándida).
Por lo general, el tratamiento se realiza a base de antibióticos o medicamentos para combatir los hongos.

Liquen escleroso y atrófico
El liquen escleroso es una enfermedad de la piel bastante desconocida que puede presentarse en mujeres de todas las edades, incluyendo niñas.
Es más frecuente después de la menopausia.
El liquen provoca el adelgazamiento de la piel en la zona genital y la formación de manchas blancas.
Su origen puede encontrarse en el sistema inmunitario y provoca picazón y dolor, que puede durar mucho tiempo. Suele confundirse con un hongo, ya que provoca bastante picazón y a veces es muy molesto. El liquen escleroso y atrófico puede aumentar ligeramente el riesgo de padecer cáncer de vulva. Por esta razón, su diagnóstico y tratamiento es esencial. Generalmente, el tratamiento se realiza mediante la aplicación periódica de algunas pomadas.

Mutilación de los genitales femeninos
La mutilación de los genitales femeninos, también conocida como circuncisión femenina, implica varios grados de mutilación quirúrgica de los genitales externos de la mujer. A menudo, tras una multilación genital quedan cicatrices permanentes que pueden provocar dolor y dañar los tejidos nerviosos.
Cualquiera de estos problemas puede provocar dolor en el momento de la penetración e imposibilitar las relaciones sexuales.

Anomalías vaginales
En casos muy raros, existen alteraciones vaginales que provocan dispareunia e impiden tener relaciones sexuales.
Entre éstas, se encuentra el exceso de tejidos en el interior de la vagina (septos vaginales) presentes desde el nacimiento.

 

Causas del dolor vaginal superficial interno durante las relaciones sexuales

Traumatismo vaginal
La vagina es bastante elástica y suele recuperarse bien de un traumatismo o una leve lesión durante el parto.
Sin embargo, un traumatismo grave de la vagina, como por ejemplo debido a un parto traumático o una mutilación, puede provocar una cicatrización y, por lo tanto, dolor y dificultad para mantener relaciones sexuales.
Es necesario consultar a un médico para conocer las opciones de tratamiento y decidir cuál es la más adecuada.

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Fibromas y tumores del útero
Lo fibromas son tumores o masas no cancerosas (benignas) situadas en el músculo del útero que pueden provocar una expansión del útero.
El fibroma uterino no siempre es doloroso, pero puede provocar dolor y molestia durante una relación sexual.
En muy pocas ocasiones, los fibromas pueden crecer rápidamente y volverse cancerosos (malignos), provocando un dolor más intenso.

Infecciones genitales o vaginales
Las infecciones de la vagina y de las zonas íntimas dan lugar a la inflamación y al enrojecimiento de los tejidos y, a menudo, provocan dolor durante el acto sexual.
La infección puede tener su origen en un hongo (por ejemplo por la cándida, una levadura que vive en el intestino), un virus como el herpes o bacterias como la vaginosis bacteriana.
Las infecciones bacterianas que pueden afectar a la vagina son muy numerosas y algunas se trasmiten sexualmente.

Puede que antes del acto sexual no haya prurito en la vagina y que después del acto la vagina permanezca irritada.
A menudo, se experimentan pérdidas vaginales, se puede percibir un olor fétido y sentir ardor en la zona íntima o dolor al orinar.
Existen tratamientos farmacológicos específicos para cada tipo de infección, si bien los antibióticos pueden tener contraindicaciones, porque también eliminan las bacterias “beneficiosas” presentes en la vagina.

Sequedad vaginal
El dolor durante las relaciones sexuales suele deberse a la falta de lubricación, es decir que la vagina está demasiado seca.
Por lo general, la vagina produce una secreción que la mantiene húmeda y que aumenta con el deseo sexual.
Si no se llevan a cabo suficientes preliminares antes del acto sexual o si el grado de excitación de la mujer no es lo bastante elevado, la vagina no produce las secreciones necesarias para facilitar la penetración.
Puede haber muchos motivos para la falta de lubricación de la vagina, entre ellos motivos psicológicos, bien por la tensión y la angustia que provoca haber tenido relaciones sexuales dolorosas anteriormente, bien por el miedo a quedarse embarazada.
La sequedad vaginal también puede tener su origen en la menopausia.
Asimismo, algunos medicamentos pueden provocar sequedad vaginal, entre los que se encuentran algunos métodos anticonceptivos como el DIU Mirena ®.

La sequedad vaginal también puede estar relacionada con una enfermedad llamada síndrome de Sjögren, que reduce todas las secreciones del cuerpo (por ejemplo, la saliva y las lágrimas).
Otra afección que puede provocar este tipo de síntoma es la artritis reumatoide.
Por último, durante el embarazo la vagina puede sufrir sequedad durante una relación sexual, aunque también podría tener el efecto contrario.
El tratamiento depende de la enfermedad que provoca el síntoma.
Existen remedios naturales como la aplicación de lubrificantes vaginales antes de una relación sexual.

Atrofia vaginal
Tras la menopausia, disminuyen los niveles hormonales en el cuerpo, sobre todo los de los estrógenos.
Los estrógenos son las hormonas que hacen que la pared vaginal se mantenga fuerte y resistente.
El aporte de sangre aumenta y el nivel de las secreciones hace que la pared sea más blanda y elástica.
Por ello, cuando los niveles de estrógenos disminuyen tras la menopausia, los tejidos se vuelven más delgados, menos elásticos y menos lubrificados.
A veces, los tejidos vaginales pueden volverse frágiles y delicados como los de las mujeres jóvenes que aún no han llegado a la pubertad.
Las razones de estos cambios son bastante lógicas: la naturaleza presupone que tras la menopausia las mujeres ya no tienen relaciones sexuales dado que no pueden tener hijos.

 

Causas del dolor vaginal profundo durante las relaciones sexuales

La dispareunia profunda pueden provocarla los órganos genitales, pero también otras estructuras del abdomen que pueden dañarse fácilmente durante el acto sexual.

Dolor cervical
Generalmente, el cuello del útero (o cérvix uterina) no debería doler. Sin embargo, existen algunos organismos que pueden infectar la vagina, en especial el herpes.
Si el cérvix se inflama, la penetración del pene puede provocar un dolor profundo en la pelvis, que puede llegar hasta la parte anterior de los muslos.
El cáncer cervical no es muy común y generalmente no causa dolor durante las relaciones sexuales.
El cérvix también puede doler y volverse sensible si contiene un dispositivo de anticoncepción intrauterino, en especial si está colocado muy abajo.
Esto puede causar dolor agudo y repentino del cérvix al mantener relaciones sexuales.

Endometriosis
La endometriosis es una enfermedad en la que pequeños trozos del útero se desplazan hacia otras partes del cuerpo. Generalmente, ocurre en los ovarios o en las trompas de Falopio, que unen el útero con los ovarios, así como en el cuello del útero. Estos tejidos externos sangran un poco en cada menstruación.

Congestión pélvica
La congestión pélvica es una enfermedad en la que se expanden e hinchan las venas del interior de la pelvis.
Esto puede provocar dolor en el bajo vientre y dolor de espalda, sobre todo tras permanecer mucho tiempo de pie.
A menudo, el dolor empeora después de una relación sexual y puede continuar durante horas. Las mujeres que la padecen suelen experimentar dolor menstrual y barriga hinchada.

Quistes ováricos
Los quistes ováricos pueden provocar dolor durante las relaciones sexuales.
Esto ocurre porque el pene puede romper los quistes durante el acto sexual haciendo que el líquido salga del quiste. La formación de quistes en los ovarios es algo muy común y se trata de un fenómeno normal del ciclo menstrual.
Sin embargo, estos quistes fisiológicos suelen ser muy pequeños.
Los quistes de mayor tamaño tienen más posibilidades de provocar pérdidas y dolor, y pueden ser un signo de endometriosis o de síndrome del ovario poliquístico, sobre todo entre las mujeres jóvenes.
Los quistes ováricos en las mujeres que han pasado la menopausia son más preocupantes, ya que puede tratarse de un cáncer de ovarios.

Otro tipo de dolor inofensivo derivado de los quistes ováricos es el dolor en la ovulación. Consiste en la secreción del líquido de un quiste ovárico cada mes cuando el folículo libera un óvulo como parte del ciclo menstrual.
El dolor en la ovulación no se debe a las relaciones sexuales, si bien lo pueden empeorar.
Generalmente dura de dos a tres días.

 

Causas relacionadas con la posición del útero

En algunas mujeres el útero se inclina hacia atrás en vez de hacia adelante, por lo que los ovarios tienden también a ir hacia atrás.
El útero invertido puede provocar un fuerte dolor en la pelvis que empeora durante una penetración profunda y se alivia lentamente al interrumpir la penetración o cambiar de posición.
En los casos más graves puede requerirse una intervención quirúrgica para aliviar los síntomas.

El dolor vaginal también puede manifestarse en caso de útero en anteversión o en lateroversión (inclinado hacia un lado).
El útero está unido a los demás órganos mediante ligamentos que, si están tensos y bloquean el útero en una posición anómala, pueden provocar dolor durante la penetración.
En este caso, la mujer siente la necesidad de que el pene salga de la vagina.

Dolor por puntos de activación muscular
En algunos casos, el dolor se percibe durante la penetración en la parte final, cuando el pene choca contra algunos músculos con puntos de activación.
Se trata de partes muy pequeñas del músculo que duelen al ser presionadas.

Dolor intestinal
Durante las relaciones sexuales, el colon (parte del intestino) también se ve involucrado y se mueve, lo que puede provocar dispaurenia.
Si el intestino es sensible o dolorido puede provocar dolor durante las relaciones sexuales.
El dolor intestinal es más común entre las mujeres que padecen síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa, ya que son enfermedades que provocan dolor intestinal.

Enfermedad inflamatoria pélvica
Ésta es una enfermedad caracterizada por una infección que da lugar a la inflamación de las trompas de Falopio, del útero y a veces de los ovarios.
Si se tocan estos órganos durante el acto sexual pueden producir dolor.
Generalmente, el dolor es fuerte en la pelvis, empeora con una penetración profunda y se alivia lentamente al terminar la penetración.
La enfermedad inflamatoria pélvica provoca malestar, fiebre y pérdidas vaginales.

Dolor en la vejiga
La vejiga está situada delante del útero, detrás y encima del pubis. Igual que el útero, la vejiga también siente presión durante las relaciones sexuales y, de hecho, a veces la mujer siente la necesidad de orinar.
La vejiga inflamada puede provocar molestias.
Las causas más comunes son las infecciones de la vejiga y la cistitis intersticial, una enfermedad en la que la vejiga se vuelve muy sensible y dolorosa. Se manifiesta como una cistitis infecciosa, si bien no hay infección.

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Me llamo Massimo Defilippo, soy un Fisioterapeuta de Rubiera (pueblo entre Reggio Emilia y Módena en Emilia-Romaña) y llevo practicando terapia física y osteopatía desde 2008. Me he graduado en la universidad “Magna Grecia” de Catanzaro (Calabria) aprobando con 110/110. Biografía completa Dr. Massimo Defilippo