Diagnóstico de artrosis de columna lumbar
Un paciente que siente dolor o rigidez a nivel vertebral durante más de dos semanas debería ir al médico para un examen físico.
La evaluación consiste en una exposición de los síntomas e historial médico, un examen físico y, en su caso, exámenes médicos de diagnóstico tales como la radiografía de la columna vertebral.
Otros exámenes (análisis de sangre, resonancia magnética o Tac) pueden llevarse a cabo para confirmar la presencia de artrosis vertebral o para excluir otras patologías que pueden causar síntomas similares, como un cáncer, una infección, una fractura u otros tipos de artritis.
Historial médico
El médico debe evaluar la historia clínica del paciente que tendrá que describir sus síntomas, deberá hacer una descripción del dolor, rigidez y función articular, cómo y cuándo los síntomas han empezado y cómo han cambiado con el tiempo.
El médico también debe conocer otras patologías del paciente, medicamentos actuales, experiencia previa con otros tratamientos, antecedentes familiares y hábitos de estilo de vida general (por ejemplo el consumo de alcohol, tabaquismo, etc.)
Examen físico. El médico debe realizar un examen físico para evaluar la salud general del paciente, el estado de músculos y huesos, la conducción del nervio, los reflejos y las articulaciones de la espalda.
El médico debe medir la fuerza muscular, la flexibilidad y la capacidad del paciente para llevar a cabo actividades de la vida diaria como caminar, doblarse y levantarse.
El paciente puede necesitar realizar algunos ejercicios para entender la amplitud del movimiento y determinar si el dolor empeora con los movimientos.
Test diagnósticos instrumentales para la artrosis de la columna lumbar
Radiografía, probablemente el médico prescribe una radiografía para ver si hay una lesión articular y lo extenso que es. La radiografía puede mostrar la pérdida de cartílago, alteraciones óseas y la ubicación de posibles espolones óseos (osteofitos). Los rayos x también son útiles para excluir otras causas de dolor y para considerar la posibilidad de una eventual cirugía.
Las pruebas adicionales que pueden ser necesarias para descartar otras causas de dolor o para confirmar la presencia de artrosis vertebral con más exactitud que los rayos son:
- Una gammagrafía ósea se utiliza para excluir la inflamación, un cáncer, una infección o una pequeña fractura.
- Una TAC puede llevarse a cabo para medir con más exactitud la amplitud del canal espinal y las estructuras alrededores.
- La resonancia magnética es una prueba que puede mostrar de manera muy detallada las imágenes de la médula espinal, de las raíces nerviosas, de los discos intervertebrales, de los ligamentos y de los tejidos circundantes.
Tratamiento de la espondilosis
No hay cura para las alteraciones degenerativas de la columna vertebral causadas por la espondiloartrosis. Sin embargo, con el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado es posible minimizar las molestias y los riesgos de complicaciones patológicas.
Los tratamientos más exitosos utilizan un enfoque diversificado que incluye terapia física, los ejercicios físicos, los medicamentos y, en algunos casos, la intervención quirúrgica.
A menudo el tratamiento de la espondilosis puede tener éxito sin necesidad de una intervención quirúrgica.
Fármacos para la espondilosis
Ningún fármaco se ha demostrado capaz de revertir el proceso degenerativo de la artrosis vertebral. El tratamiento del dolor por espondilosis incluye fármacos antiinflamatorios, analgésicos y relajantes musculares.
Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos o AINE pueden ser muy eficaces para aliviar el dolor cervical por espondilosis. Algunos de estos medicamentos: ibuprofeno (Neobrufen) y naproxeno (Naproxeno Ratiopharm) están disponibles sin receta médica.
Los relajantes musculares tales como Lioresal y Sirdalud son medicamentos que sirven para aliviar el espasmo muscular debido a la espondilosis.
Los analgésicos como por ejemplo el paracetamol (Efferalgan) y el Tramadol, se utilizan para aliviar el dolor.
Si el dolor es muy intenso, el médico puede prescribir un narcótico por unos días.
Algunos antidepresivos son útiles en el tratamiento del dolor de espalda crónico. Los medicamentos antidepresivos tricíclicos se han utilizado a dosis bajas para aliviar el dolor crónico en la columna lumbar, el cuello y otras partes del cuerpo.
Inyecciones y procedimientos poco invasivos para espondilosis
La cortisona puede inyectarse en el espacio epidural (el espacio alrededor de la médula espinal). Este procedimiento se denomina infiltración epidural.
Los esteroides también pueden inyectarse en las facetas articulares que unen las vértebras, en los puntos gatillo de los tejidos blandos o directamente en un disco intervertebral. Estos procedimientos juegan un papel importante en el tratamiento del dolor agudo, especialmente de tipo radicular, es decir que se irradia a una extremidad.
Otros procedimientos para el dolor de espalda y del cuello son:
- Inyecciones intradiscales (inyección de cortisona directamente en un disco intervertebral),
- Inyecciones de cortisonas, anestésicos o ambos en los puntos gatillo,
- Infiltraciones de esteroides en las facetas articulares,
- Inyecciones epidurales,
- Infiltraciones de esteroides en el músculo piramidal por el síndrome piramidal y denervación con la radiofrecuencia (destrucción de los nervios dolorosos mediante el uso de una corriente de radiofrecuencia).
Auto-tratamiento para la espondilosis
El autotratamiento es importante en el dolor causado por la espondilosis porque éste puede mejorar o desaparecer después de varios días.
Los expertos han descubierto que descansar en la cama prolonga el tiempo de recuperación.
Por lo tanto, se recomienda continuar la actividad normal o casi. Sin embargo, hay que evitar todo lo que podría exacerbar el problema, como el levantamiento de cargas pesadas.
Algunas personas experimentan beneficio con el calor o el hielo para tratar el dolor de espalda y de cuello provocado por la espondilosis.
Dormir con un cojín entre las piernas puede ser útil para el dolor de espalda. Los cojines especiales ofrecen un soporte cervical suplementar y han sido creados para el dolor al cuello.
Fisioterapia, ejercicio físico y otras terapias para espondilosis
El médico puede prescribir la fisioterapia para el dolor de espalda o cuello que no desaparece después de pocas semanas. La fisioterapia se prescribe a menudo para el dolor de espalda crónico o el dolor de cuello y consiste en ejercicios de fortalecimiento y estiramiento.
Los fisioterapistas pueden enseñar ejercicios específicos que si se realizan todos los días pueden ayudar a fortalecer la espalda y los músculos abdominales. Éste es un buen método para prevenir las recaídas.
Un programa de ejercicios regular, especialmente el yoga, se ha demostrado beneficioso para el dolor de espalda crónico.
La manipulación vertebral quiropráctica puede ser útil para algunas personas, especialmente en el primer mes después de la aparición del dolor. Sin embargo, algunos pacientes no deben someterse a manipulación espinal por razones de seguridad.
La acupuntura para el dolor de espalda implica la inserción de agujas muy finas a distintas profundidades en zonas específicas del cuerpo.
Estudios de acupuntura para el dolor de espalda y cuello han tenido resultados contradictorios.
Artrosis vertebral: controles
El médico puede optar por planificar una cita para un control para monitorear la respuesta al tratamiento. Los exámenes de rutina tales como los rayos X, la TAC, o la resonancia magnética resultan inútiles.
Sin embargo, en caso de cambio de los síntomas pueden ser útiles, ya que puede ser necesario un tratamiento diferente, por ejemplo una ciática de nueva aparición o una cervicobraquialgia que antes no estaba ahí.
Complicaciones de la artrosis vertebral
La complicación principal de la espondilosis es el dolor de espalda, dorsalgia o dolor de cuello. Generalmente el dolor de espalda y de cuello causado por espondilosis no es grave, pero algunas personas desarrollan dolor crónico por este trastorno.
Es inusual que la espondilosis cause una grave disfunción neurológica debida a la compresión del nervio.
Con el tiempo, los cambios degenerativos en la espondilosis pueden causar estenosis espinal, lo que significa que el canal espinal se estrecha lo que puede causar compresión de la médula espinal y de las raíces del nervio.
La estenosis espinal del cuello o de la espalda puede ser una complicación de la artrosis vertebral.
El síndrome de cauda equina es un trastorno causado por la compresión de los nervios de la parte inferior de la médula espinal por una masa o un disco intervertebral, que es una complicación poco frecuente de la espondilosis y puede causar graves problemas neurológicos.
Pronóstico de la artrosis vertebral
El pronóstico es bueno para la mayoría de los casos de espondilosis cervical y lumbar.
Muchas personas con espondilosis no tienen ningún síntoma.
La mayoría de los casos responden bien al tratamiento dentro de un par de semanas.
Sin embargo, los síntomas pueden repetirse más tarde.
En aproximadamente 1 de cada 10 casos, una persona puede desarrollar un dolor de cuello crónico a largo plazo.
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