Síntomas del aborto médico o quirúrgico


El aborto es la interrupción del embarazo antes de la semana 20 de gestación. Después de este período, se define como parto prematuro.

El aborto puede ser espontáneo, voluntario o terapéutico.
Existen dos tipos de aborto voluntario: el aborto médico (o farmacológico) y el aborto quirúrgico.

El aborto terapéutico es el aborto inducido con el fin de evitar peligros para la salud de la madre o el nacimiento de un feto con enfermedades graves o malformaciones.

 

Aborto farmacológico o químico en los primeros 3 meses de gestación

Aborto por MTX
Se realiza en las primeras 7 semanas de gestación y se utilizan dos productos químicos. El primero es el metotrexato o MTX, un medicamento anti-cáncer que ataca las células enfermas, las destruye y frena su crecimiento.
Provoca el mismo efecto en el feto que se encuentra dentro del útero materno.
El metotrexato ataca las células del feto que crecen rápidamente y la placenta.
Si la placenta no estimula el crecimiento del feto, el feto muere.

El misoprostol es un producto químico que utiliza en casa después de 4 o 7 días. Este medicamento se introduce en la vagina como un supositorio y provoca contracciones que empujan al feto sin vida fuera del útero materno.
Se realiza una tercera consulta en la clínica de abortos para efectuar otro examen y asegurarse de que el aborto haya sido completado correctamente.
Si el aborto no ha funcionado, es necesaria una intervención quirúrgica.
Los posibles efectos secundarios del aborto con MTX son: es potencialmente tóxico, puede ser perjudicial para:

  • El hígado,
  • Los riñones,
  • El miocardio,
  • Insuficiencia pulmonar,
  • Afecciones gastrointestinales,
  • Ictus,
  • Convulsiones.

Los posibles efectos secundarios del supositorio de misoprostol son: problemas en los riñones, infertilidad, cólicos y hemorragias.

RU-486
La RU-486 también conocida como píldora abortiva se utiliza en las primeras 7-9 semanas de gestación.
En primer lugar, la paciente ingiere el medicamento esteroideo por vía oral (mifepristona), que consta de trs píldoras.
Este medicamento interrumpe la producción de progesterona, es decir, la hormona que se desarrolla en la pared interna del útero durante el embarazo. El revestimiento garantiza la alimentación del feto.
Después, se toma otro medicamento por vía oral: una prostaglandina.
Esta induce la contracción del útero y a que el cuerpo del bebé sea empujado a través de la vagina.

Una opción alternativa es la introducción en la vagina de 4 tabletas de un medicamento llamado misoprostol. Las tabletas estimulan las contracciones uterinas con cólicos y sangrado.
Este procedimiento requiere 2 o 3 consultas médicas.
La tercera consulta, que generalmente se realiza dos semanas después de la primera, puede confirmar si el aborto ha tenido o no efecto.
El porcentaje de aborto no exitoso es del 10 – 20%.

Aborto por succión
El aborto por succión es una técnica quirúrgica que requiere la aspiración delicada del feto.
Inicialmente, el cirujano utiliza el dilatador para ensanchar el cérvix del útero, después aspira el feto y la placenta.
Tras la intervención, el médico realiza un legrado para eliminar el tejido restante.
Generalmente, los cólicos y las pérdidas de sangre duran cuatro horas aproximadamente, pero pueden llegar a durar mucho más tiempo.

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Aborto farmacológico o químico después de los primeros 3 meses de gestación

Parto inducido con amnoinfusión con solución salina (del 4° al 9° mes)
Generalmente, para este procedimiento, el médico utiliza una solución salina o salada para abortar.
El médico introduce una aguja larga en el saco amniótico a través del abdomen.
Se extrae una parte de este líquido protector y luego se inyecta la solución salina.
El feto absorbe la solución salina venenosa que poco a poco le provoca la muerte, ya que destruye los órganos y quema la piel.
Pasadas varias horas, el bebé muere.
El parto inducido es difícil y el bebé nace ya muerto, por lo general un día después.

Efectos secundarios
La inyección de solución salina puede hacer que la sangre se vuelva más líquida por lo que se vuelve difícil su coagulación.
Las consecuencias son las hemorragias que pueden provocar la muerte.
Este procedimiento está prohibido en Japón y en otros países debido a los potenciales riesgos para la madre.

Inyecciones de prostaglandina
Las prostaglandinas son hormonas fabricadas químicamente que inducen el parto.
Estas hormonas se inyectan en el saco amniótico que rodea al feto.
El médico provoca contracciones que pueden ser muy dolorosas y prolongadas que obligan al feto a salir del útero.

De esta manera, comienza el parto. En la mayoría de los casos, el procedimiento da lugar a un aborto. Sin embargo, se han registrado casos de bebés que sobreviven a esta intervención.
Cuando el bebé nace, se puede realizar un legrado para retirar la placenta.
La inyección de prostaglandina y el procedimiento con solución salina están actualmente suspendidos, debido a que muchos bebés nacían vivos.

 

Aborto quirúrgico

 

aborto

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Legrado por aspiración o por dilatación (hasta la semana 15 de gestación)
El procedimiento de aborto por succión emplea un tubo cóncavo con un borde afilado conectado a una bomba.
El instrumento que se utiliza es 30 veces más potente que una aspiradora del hogar.
Como la apertura del cérvix (cuello del útero) está cerrada herméticamente para sostener al bebé, generalmente el médico inyecta un anestésico local en el cérvix del útero.
En el momento del parto, el cuerpo libera hormonas para que el cérvix se abra de manera natural, pero para realizar un aborto, el cérvix debe abrirse de forma gradual a través de otros mecanismos, con una serie de instrumentos llamados dilatadores. Aunque la anestesia local adormece el cérvix, pueden producirse cólicos abdominales al introducir los dilatadores.
Los dilatadores se van introduciendo uno tras otro, aumentando de tamaño progresivamente para no causar tanta molestia.
En ocasiones se lesiona el cuello del útero.
Cuando el cuello del útero está lo suficientemente abierto, el médico introduce en el útero el tubo de aspiración.
Se enciende la máquina para la succión y el tubo aspira el feto y la placenta que se encuentran en el útero. Una vez retirado el catéter de succión, puede utilizarse una cureta (instrumento delgado con forma de anillo) para raspar las paredes del útero.

Dilatación y evacuación (hasta la semana 20 de gestación)
Esta intervención se realiza en dos fases.
Para realizar un aborto después del primer trimestre, el cérvix debe estar todavía más dilatado, ya que el feto es más grande y se encuentra más desarrollado.
Por esta razón, el aborto puede requerir varias horas o incluso toda la noche.
Los medicamentos pueden administrarse por vía intravenosa para aliviar el dolor y prevenir infecciones.
Se inyecta un anestésico local dentro o cerca del cérvix y se retiran los dilatadores del cuello del útero.

El médico utiliza una combinación de fórceps, succión y legrado para extraer los brazos y piernas del feto. Luego, el médico abortista realiza una perforación en la parte más blanda de la cabeza del feto, aspira el cerebro y aplasta el cráneo del feto.
Después, extrae los restos del feto con unas pinzas y lo recompone para cerciorarse de haber retirado del útero todas las partes del feto.
Con frecuencia, se producen sangrado y lesiones en el útero, debido a que el corte se realiza en la parte interna del útero.

placenta

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Histerectomía
En el último trimestre, el médico puede realizar una histerectomía umbilical, que se trata, básicamente, de un pequeño corte cesáreo.
El médico realiza una incisión en el abdomen, pinza el cordón umbilical y espera cinco minutos antes de extraer el feto sin vida.
Sin embargo, algunos bebés sobreviven a este procedimiento.

Inyección cardíaca
Aproximadamente en la semana 16 de gestación se realiza una ecografía para determinar la posición del corazón del feto.
Se inyecta un líquido letal en el corazón del feto que le provoca inmediatamente un paro cardíaco y por tanto la muerte. A continuación, se lleva a cabo la expulsión del feto ya sin vida.

 

Riesgos y complicaciones del aborto con píldora o quirúrgicos

Puede haber efectos secundarios del aborto inducido, quirúrgico o con la píldora.
Entre las posibles complicaciones se encuentran:

El aborto también conlleva riesgos de complicaciones graves como sangrado, infecciones y lesiones a los órganos.
Las complicaciones graves aparecen en menos del 1 % de los casos en el primer aborto y en cerca del 2 % de los casos en abortos sucesivos al primero.

Las complicaciones graves pueden ser:

Sangrado abundante – las pérdidas hemáticas leves tras un aborto son normales.
Sin embargo, si se lesiona el cérvix o si se perfora el útero aumenta el riesgo de hemorragia grave.
Si esto ocurre, puede ser necesaria una transfusión de sangre.

Con el procedimiento RU486 también existe el riesgo de sangrado grave.
Una de cada cien mujeres que se ha optado por el método RU486 debe someterse a una intervención quirúrgica para interrumpir la hemorragia.

Infección
Puede desarrollarse una infección debido a la introducción de la instrumentación médica en el útero o debido a partículas fetales que permanecen por error dentro del útero (esto se conoce como aborto incompleto).

La infección pélvica puede causar fiebre persistente que dura varios días, por lo que se prolunga la hospitalización.
También puede causar cicatrices en los órganos pélvicos.

Sepsis
Algunas de las pacientes que han tomado la RU486 (mifepristona) han muerto por sepsis (infección total del cuerpo).

Anestesia
Complicaciones por el uso de anestesia general durante la intervención quirúrgica.
El aborto puede provocar convulsiones, ataques cardiacos y, en casos extremos, la muerte.

Lesiones del cuello del útero
Los instrumentos utilizados para realizar el aborto pueden cortar, desgarrar o lesionar el cérvix.
Esto puede provocar hemorragias que requieren una intervención quirúrgica.

Cicatrices dentro del útero
El tubo de succión, la cureta y otros instrumentos utilizados para realizar el aborto pueden causar cicatrices permanentes en la mucosa interna del útero.

Perforación del útero
Los instrumentos utilizados para realizar el aborto también pueden perforar o lesionar el útero.
El riesgo de que se presente esta complicación aumenta con el desarrollo del embarazo. En este caso pueden ser necesarias intervenciones quirúrgicas importantes como la extirpación del útero (también conocida como histerectomía).

Lesiones en los órganos internos
Cuando se perfora o se lesiona el útero, existe el riesgo de lesionar los órganos cercanos como el intestino o la vejiga.

Muerte
En casos extremos, pueden aparecer otras complicaciones físicas del aborto como sangrado excesivo, infecciones, lesiones en los órganos internos debido a la perforación del útero y reacciones adversas a la anestesia que pueden provocar la muerte.
Esta complicación no es muy común, pero sigue siendo posible.
Hay que tener en cuenta otros riesgos del aborto.

Aborto y parto prematuro
Las mujeres que se someten a un aborto inducido, o a más de uno, presentan un riesgo más alto de sufrir un parto prematuro en el futuro. Los partos prematuros están asociados con una tasa de parálisis cerebral alta y con otras complicaciones que se derivan del parto pretérmino (enfermedades que afectan el cerebro, el aparato respiratorio, el intestino y los ojos)

Aborto y cáncer de seno
Los expertos en medicina continúan en la búsqueda de la relación entre el aborto y el cáncer de mama.
A continuación, algunos datos importantes:
Llevar a cabo el primer embarazo proporciona una mayor protección contra el cáncer de seno. Optar por el aborto elimina dicha protección.

Estudios confiables desmuestran que puede existir una relación entre el aborto y el desarrollo de cáncer de seno.

Un estudio publicado en 1994 por el Journal of National Cancer Institute demuestra que: “de las mujeres que habían estado embarazadas por lo menos una vez el riesgo de cáncer de seno en aquellas que se habían sometido a un aborto inducido era 50% más alto que el de las demás mujeres».

 

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Este artículo contiene información general que no se sustituye al examen médico, no se puede utilizar para diagnosticar o establecer un tratamiento. Hable con su médico antes de seguir las instrucciones contenidas en el sitio.

Me llamo Massimo Defilippo, soy un Fisioterapeuta de Rubiera (pueblo entre Reggio Emilia y Módena en Emilia-Romaña) y llevo practicando terapia física y osteopatía desde 2008. Me he graduado en la universidad “Magna Grecia” de Catanzaro (Calabria) aprobando con 110/110. Biografía completa Dr. Massimo Defilippo