Síntomas de la peritonitis infecciosa


La peritonitis es una infección bacteriana o fúngica del peritoneo, es decir una membrana de tejido similar a la seda que recubre la pared abdominal interior y los órganos del interior del abdomen.

La peritonitis infecciosa puede derivarse de una ruptura (perforación) en el abdomen o deberse a una complicación de otras enfermedades.

La peritonitis requiere atención médica inmediata para combatir la infección y, si fuera necesario, para el tratamiento de las enfermedades subyacentes.
La peritonitis séptica se caracteriza por la infección local o extendida a la cavidad abdominal. Puede ser primaria o provocada por una bacteria.

La peritonitis aguda es una infección repentina del peritoneo, que puede ser consecuencia de la perforación de un órgano.

La peritonitis crónica es una inflamación de larga duración del peritoneo.
Entre las posibles causas se incluyen:

  • Infecciones repetidas, tales como la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP),
  • Sustancias extrañas tales como el talco,
  • Enfermedades crónicas en el interior del abdomen, tales como tuberculosis, cirrosis o alcoholismo crónico.

 

Clasificación de la peritonitis

Existen dos tipos principales de peritonitis.

La peritonitis primaria o peritonitis bacteriana espontánea se produce cuando la infección se propaga desde los ganglios linfáticos al peritoneo. Este tipo de peritonitis es rara (menos del 1% de los casos de peritonitis).
Suele producirse si el paciente sufre de cirrosis del hígado y en presencia de ascitis (líquido en el abdomen).
Si este líquido se infecta con ciertas bacterias (por ejemplo neumococos o estreptococos) puede provocar peritonitis bacteriana espontánea, que es una enfermedad muy grave y a menudo mortal.

La peritonitis secundaria es el tipo más común y se produce cuando la infección entra en el peritoneo a través de una perforación en la pared abdominal. La peritonitis secundaria se convierte a menudo en peritonitis química, porque además de las bacterias pueden entrar en el peritoneo otras sustancias nocivas como jugos gástricos y pancreáticos, moco, bilis y orina.

Ambos casos de peritonitis son muy graves y pueden ser potencialmente mortales si no se tratan rápidamente.

 

Causas de peritonitis aguda

La infección puede desarrollarse directamente en el peritoneo o transmitirse desde otras partes del cuerpo.

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Infecciones de otras partes del cuerpo
A menudo, la peritonitis tiene su origen en una infección que se propaga al peritoneo desde otra parte del cuerpo.
Esto se conoce como peritonitis secundaria.
Las causas más comunes de peritonitis secundaria son:

La peritonitis biliar se produce si el líquido biliar sale de vesícula biliar o los conductos biliares. Se trata de una complicación grave y puede deberse a una inflamación o cálculo de la vesícula biliar.
Tanto la enfermedad de Crohn como la diverticulitis pueden inflamar el colon.
Si la inflamación es especialmente grave, el colon puede romperse y expulsar el contenido del intestino al peritoneo, contaminándolo con las bacterias.

Infección directa
En raras ocasiones, la peritonitis se produce cuando el peritoneo sufre una infección directa.
Esto se conoce como peritonitis primaria o espontánea.
En la mayoría de los casos, la peritonitis primaria tiene su origen en cirrosis hepática o diálisis peritoneal.

Cirrosis

La fibrosis hepática, conocida como cirrosis, puede producirse por daños en el hígado. Las causas más comunes de cirrosis son el exceso de alcohol, la infección por hepatitis C o la obesidad.
La cirrosis puede conducir a una acumulación de líquido en el interior del abdomen (llamada ascitis). Este fluido es particularmente vulnerable a la infección y crea un ambiente donde las bacterias o los hongos pueden crecer y propagarse.
Esta acumulación de líquido afecta aproximadamente a la mitad de las personas con cirrosis, generalmente muchos años después del diagnóstico de cirrosis.
Cerca del 20% de las personas con cirrosis que desarrollan ascitis también desarrollan peritonitis bacteriana espontanea.

Diálisis peritoneal
Las personas con insuficiencia renal sometidas a un tratamiento conocido como diálisis peritoneal corren el riesgo de desarrollar la peritonitis. La diálisis es un tratamiento médico que sustituye las funciones principales de los riñones y elimina los productos de desecho del cuerpo.
La diálisis peritoneal se lleva a cabo utilizando el peritoneo para desempeñar la función principal de los riñones, es decir para filtrar los productos de desecho de la sangre. Un pequeño tubo, llamado catéter, se implanta en los vasos sanguíneos para eliminar los productos de desecho.

 

Factores de riesgo de la peritonitis

Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de padecer peritonitis primaria:

  • Enfermedades hepáticas (cirrosis),
  • Líquido en el abdomen,
  • Sistema inmunitario deficiente,
  • Enfermedad inflamatoria pélvica.

Factores de riesgo para la peritonitis secundaria:

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  • Pancreatitis,
  • Apendicitis (inflamación del apéndice),
  • Úlceras de estómago,
  • Intestino retorcido o rasgado,
  • Enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa,
  • Lesión provocada por una operación,
  • Diálisis peritoneal,
  • Traumatismo.

 

Síntomas de peritonitis aguda

Los primeros síntomas de la peritonitis son pérdida de apetito, náuseas y dolor abdominal sordo que se convierte rápidamente en dolor de estómago persistente y muy fuerte que se agrava con cualquier movimiento.
Otros signos y síntomas relacionados con la peritonitis son:

 

Complicaciones de la peritonitis

Si la peritonitis no se trata puede extenderse más allá del peritoneo, donde puede provocar:

  1. Una infección de la sangre (bacteriemia).
  2. Una infección por todo el cuerpo (sepsis). La sepsis tiene una progresión rápida, es peligrosa y puede provocar shock hipovolémico e insuficiencia de algunos órganos.
  3. Abscesos retroperitoneales.
  4. Adherencias abdominales e intestinales.

 

Diagnóstico de peritonitis

Las personas que experimentan los síntomas de la peritonitis deben acudir al médico de inmediato.
Los pacientes sometidos a diálisis peritoneal que presentan una combinación de dolor abdominal y líquido peritoneal turbio deben acudir inmediatamente al médico, ya que la causa puede ser una acumulación de glóbulos blancos que combaten las infecciones.
Dado que la peritonitis puede conducir rápidamente a complicaciones potencialmente mortales, como la sepsis y el shock séptico, que provoca un descenso masivo de la presión arterial, insuficiencia orgánica y muerte, es esencial obtener un diagnóstico rápido, seguido de un tratamiento adecuado.

El médico pregunta por los síntomas y antecedentes clínicos, a continuación realiza un examen físico completo para evaluar el dolor y la dureza del abdomen.

Las pruebas para la peritonitis son:

  • Análisis de sangre,
  • Pruebas instrumentales de imagen como radiografía y TAC,
  • Cirugía exploratoria,
  • El médico también puede realizar una paracentesis, un procedimiento en el que se extrae el líquido de la cavidad abdominal mediante una aguja fina para buscar la infección. La paracentesis es útil para identificar la peritonitis espontánea primaria y secundaria provocadas por la pancreatitis.

 

Tratamiento para la peritonitis

Si se diagnostica la peritonitis, lo usual es que el médico ordene una hospitalización para monitorizar al paciente.

En muchos casos, se requiere una intervención quirúrgica de urgencia, especialmente si la peritonitis tiene su origen en enfermedades tales como:

  • Apendicitis,
  • Úlcera estomacal perforada,
  • Perforación de la colecistitis (vesícula biliar),
  • Perforación del colon provocada por colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn o megacolon toxico,
  • Diverticulitis.

El tejido infectado, por ejemplo en caso de apendicitis o absceso, debe extirparse quirúrgicamente.
También es necesario extirpar el tejido peritoneal que ha sido dañado gravemente por la infección.
En caso de peritonitis provocada por pancreatitis o enfermedad inflamatoria pélvica no se lleva a cabo la cirugía en las primeras fases, ya que el paciente puede curarse sin intervención.

Puede que se necesiten otros tratamientos de apoyo si el paciente desarrolla insuficiencia de un órgano por sepsis, que es una complicación posible de la peritonitis.
Entre estos tratamientos, cabe mencionar la inyección de líquidos por vía intravenosa, la administración de fármacos para mantener la presión arterial en valores normales y el soporte nutricional (sonda nasogástrica).

Medicamentos
El tratamiento inicial para la peritonitis prevé la inyección de antibióticos (Cefotaxina, Cefriaxona, etc.) o fármacos antifúngicos. Este tratamiento generalmente tiene una duración de 10-14 días.
Si la peritonitis se debe a la diálisis peritoneal, los antibióticos pueden inyectarse directamente en el tejido peritoneal. La investigación ha demostrado que es más efectivo que la inyección en vena.
Además, es necesario adoptar un método alternativo de diálisis, como la hemodiálisis (la sangre pasa a una máquina a través de un filtro), hasta que la peritonitis desaparezca.
Si la peritonitis provoca dolor, el médico puede administrar medicamentos para el dolor.

Soporte nutricional
Muchas personas con peritonitis padecen problemas digestivos y de procesamiento de alimentos, por lo que pueden necesitar una sonda de alimentación.
El tubo puede entrar en el estómago a través de la nariz (sonda nasogástrica) o insertarse quirúrgicamente en el estómago a través del abdomen.
Si estas sondas no son adecuadas, la nutrición se puede administrar directamente en una vena (nutrición parenteral).

Operación quirúrgica
Si parte del tejido peritoneo se ha visto dañado gravemente por la infección, puede que se requiera una extirpación quirúrgica.
Algunas personas desarrollan abscesos (zonas inflamadas de pus) en el peritoneo que deben drenarse con una aguja, para lo que se emplean dispositivos de ecografías para guiar la aguja.
Generalmente, se utiliza la anestesia local para no sentir dolor.
Si fuera necesario, la causa de la peritonitis puede tratarse quirúrgicamente.
La cirugía suele realizarse por laparotomía mediante una incisión vertical bajo el ombligo.
Por ejemplo, si la peritonitis se debe a una apendicitis, el apéndice debe ser eliminado.

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Pronóstico de la peritonitis

El pronóstico de la peritonitis depende de la causa.
Las perspectivas para las personas con peritonitis secundaria son peores, especialmente para los ancianos, las personas con un sistema inmunitario debilitado y aquellas que presentan los síntomas durante más de 48 horas antes de empezar el tratamiento.
El pronóstico a largo plazo para las personas con peritonitis primaria, debido a una enfermedad del hígado, también tiende a ser corto. Sin embargo, el pronóstico de la peritonitis primaria entre los niños es generalmente muy bueno después del tratamiento con antibióticos.

 

Prevención de la peritonitis

A pesar de que la peritonitis puede ser una complicación de la diálisis peritoneal, es mucho menos común si se utiliza la tecnología de vanguardia y las técnicas de auto-tratamiento que se enseñan durante la formación inicial.
Si se realiza la diálisis peritoneal, se puede reducir el riesgo de peritonitis siguiendo estos consejos:

  • Lavarse bien las manos, incluyendo las zonas entre los dedos y debajo de las uñas antes de tocar el catéter.
  • Usar una máscara de nariz/boca durante la diálisis.
  • Seguir la técnica correcta de diálisis estéril.
  • Aplicar una crema antibiótica en el punto donde sale el catéter cada día.
  • Notificar inmediatamente cualquier contaminación del líquido de la diálisis o del catéter a los enfermeros que hacen la diálisis peritoneal. En muchos casos, una sola dosis de antibióticos puede prevenir la transformación de contaminación en infección.

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Este artículo contiene información general que no se sustituye al examen médico, no se puede utilizar para diagnosticar o establecer un tratamiento. Hable con su médico antes de seguir las instrucciones contenidas en el sitio.

Me llamo Massimo Defilippo, soy un Fisioterapeuta de Rubiera (pueblo entre Reggio Emilia y Módena en Emilia-Romaña) y llevo practicando terapia física y osteopatía desde 2008. Me he graduado en la universidad “Magna Grecia” de Catanzaro (Calabria) aprobando con 110/110. Biografía completa Dr. Massimo Defilippo